Estefanía Sánchez Vásquez (Perú) llegó a la argentina hace unos pocos meses para instalarse en el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas IBB-INTECH con sede en la ciudad de Chascomús. Allí vive y desarrolla su tesis en Biotecnología junto a varios estudiantes procedentes de toda Latinoamérica. A punto de renovar su beca, y con el deseo de mudarse a un departamento, deberá sortear las dificultades que se le presentan para alquilar una propiedad.

Leticia Lie Taguchi (Brasil) siempre soñó con ser bailarina y hoy está en la argentina tratando de lograr un contrato definitivo en el ballet del Teatro Argentino. Una torcedura en su pie pone sus posibilidades en riesgo. Amante de la política y el fútbol, toma clases de japonés (su padre es de allí) y vende sushi por el barrio como una forma de complementar sus ingresos.

Claudia Correa (Chile) llegó con su hijo y unas pocas pertenencias, tras años de haber visto el amor de su abuelo por Buenos Aires y por el tango. En busca de nuevas oportunidades, estudia música en la escuela de Avellaneda y cuenta qué es lo que le gusta de Argentina, además de cómo es la crianza de un hijo en el extranjero.

Natalia Ruis Meneses (Colombia) hace varios años que vino a la Universidad Adventista de Entre Ríos para estudiar medicina. Hoy se encuentra en La Plata realizando la residencia a la vez que hace prácticas en el Hospital Gutiérrez. Rinde un último examen que la enfrenta a la decisión de quedarse o retornar a su país.

Uriel Rodríguez (Honduras) llegó a la Argentina escapando de la persecución política de su país de origen. Su trabajo como camarógrafo lo ayudó a juntar pruebas para solicitar el estatuto de refugiados en Migraciones. En medio del trámite, Uriel estudia dirección de cine y desea en algún momento volver a Honduras.

Abraham Martínez Velázquez (México) dejó su trabajo estable como arquitecto y, con un espíritu aventurero, tomó la oportunidad de completar sus estudios con una beca de postgrado en la Universidad de Bs As. Mientras realiza sus estudios y trabaja, refacciona una moto y planifica un viaje (a la manera del Ché) que lo llevará de retorno a su hogar.

Diego Ferreira (Uruguay) cruzó el Río de La Plata en busca de mejores oportunidades para desarrollarse como Bailaor Flamenco; y así lo hizo. Instalado en Buenos Aires, la actualidad lo encuentra pasando de sus clases a visitas médicas en una clínica de ojos; de sus shows a trámites en migraciones. En muy poco tiempo deberá suspender su actividad, para realizarse un trasplante de córneas en nuestro país.

Rubén Bravo (Venezuela) tiene 29 años y llegó hace cuatro a la argentina en busca de horizontes laborales. Hoy su vida se reparte entre su trabajo como técnico de alimentos y la liga argentina de béisbol donde dirige a los Criollos de Venezuela quienes llegan x primera vez a la final del campeonato. Mientras tanto mantiene una difícil relación a distancia con su pequeño hijo de 7 años.