Márquez, empleado de un cementerio y doble de Roberto Cosenza, tras el suicidio de este último, se ve envuelto en extrañas situaciones paranormales. Un asesino serial de ventrílocuos acecha la ciudad.

Un nuevo muñeco es dejado en el Cementerio. El asesino de ventrílocuos sigue su raid. Clara hospeda en su casa a un extraño personaje y Márquez parece tener una segunda vida propia de Cosenza.

Visiones se apoderan de Alberto. Se sospecha que los muñecos abandonados en el cementerio tienen relación con el asesino. El particular inspector Fridman investiga las tumbas profanadas.

Con el cementerio en huelga, Fredy lleva a Alberto a una sesión espiritista, que entre otras cosas le brindará pistas sobre su particular situación.

Con dos ventrílocuos viviendo en su casa, la situación de Alberto se torna desesperante. Por fin logrará ponerse cara a cara con el supuesto asesino.

Alberto es contratado por el investigador Fridman para el Bar-Mitzva de su hija. Lanzado por el alcohol, el inspector le acerca una curiosa teoría acerca de los motivos que mueven al asesino.

El elemento motivador del asesino de ventrílocuos comienza a develarse. Las voces provenientes de Cosenza invaden cada vez más la cabeza de Alberto.

Para estupor de Alberto, un nuevo y paranoico integrante de la colectividad de ventrílocuos llega a su casa. Clara, cansada de la extraña personalidad de su marido, decide arriesgar su matrimonio.

La identidad del asesino y la motivación que lo impulsa sale a la luz. A Alberto el espíritu de Cosenza lo invade intensamente, no pudiendo evitar un raid sexual.

Alberto, descontrolado y frenético, es arrestado. En la comisaria irán cayendo, uno a uno, casi todos los singulares personajes que pasaron por esta etapa oscura de Alberto.

Alberto se recupera de la juerga y la cárcel. El asesino comete un error fatal que brindará pistas a la policía. La redada encabezada por Fridman le pisa los talones a Alex, el presunto delincuente.

Un pez gordo de la mafia se suma al listado de muertos. Las ex mujeres de Cosenza y Cosenza mismo llevan a Alberto a una situación límite.

La vida personal de Alberto se hunde. Los demonios de Cosenza lo llevan al límite. Alberto comprende que toda acción trae consecuencias.