Gustavo Rivero es un muchacho que participó de la guerra de Malvinas. Mientras trabaja en su taller, escucha de fondo el discurso de Alfonsín en la Pascua de 1987 y decide hacer un llamado.

Carlos acaba de volver de la colimba y justo cuando está por comenzar a encausar su vida vuelve a ser citado ante las fuerzas militares para ir a las Islas Malvinas.

El teniente López Cabral tiene problemas con su mujer y ésta quiere dejarlo. Gustavo Rivero conquista a la hija del pastor y empieza a salir con ella al tiempo que se va de su casa.

Facundo es un joven de plata, pero la manutención por parte del padre y la mala relación que tienen, hacen que decida enlistarse voluntariamente en la guerra de Malvinas.

Raúl Saslasky es un muchacho interesado en la ópera. Se presenta a una audición en el Colón pero se desmaya. Paralelamente, durante su estadía en Malvinas, es castigado por robarse una gallina.

Chapa Gutiérrez es un joven que vive en la villa y se gana la vida robando autos. Cansado de ser estafado por un pez gordo, intentará hacer sus propios negocios y sufrirá las consecuencias.

El teniente Augusto se casa por civil con su novia Teresa desde Malvinas, ya que ambos esperan un hijo. Gustavo quiere marcharse del lugar pero aún no puede porque tiene otro combate.

Gustavo continúa haciendo un repaso de sus días en Malvinas, al tiempo que su vida personal es atormentada por las pesadillas que perjudican su trabajo en la fábrica.

Las familias de los soldados se enteran por diferentes programas de televisión sobre la supuesta victoria que lleva adelante el país en Malvinas. Los medios comunican solo una parte de la realidad de la guerra.

Gustavo, atormentado por su pasado, comienza a tener raros comportamientos que lo perjudican en su trabajo y en su vida personal. A raíz de esto, va en busca de ayuda.

Es el cumpleaños de Gustavo Rivero y su mujer lo espera con su madre para festejar, cosa que no le agrada. Más tarde, busca trabajo pero sufre la discriminación por haber participado en la guerra.

Gustavo no puede dejar de pensar en sus compañeros, pero la idea del Ruso de volver a Malvinas le parece una locura.

Los fantasmas de la guerra causan estragos en la memoria de cada uno de los combatientes.